miércoles, 11 de abril de 2007

Yo me llamaba Antonio Broccardo (Ediciones Almarge, 2004)



Luis Yuseff es un poeta con un mundo personal que comunica mediante una voluntad estilística cuidadosa e informada. Es ante todo un poeta del amor. La mayor parte de su poesía se concentra en la necesidad de apresar, poseer, glorificar el cuerpo amado. El sujeto lírico de sus poemas desea amar y ser amado, vivir en la correspondencia de afectos, ternura y belleza que genera el amor cabal, desinhibido y sincero (...)
Los poemas de este autor se leen con delectación. Ellos apelan a los sentimientos más fijos y universales. Y lo hace con una escritura bondadosa, pulcra y emotiva. Su poesía es ligera y fresca como espuma de olas. Fina y amorosa como el encaje que tejen las novias. Una vez leídos, sus textos se tornan refugio, alcoba, confesionario, espacio de intimidad, franqueza y entrega. Sitio preferido para los amantes. Para quienes creen que toda belleza es terrible pero necesaria y que el amor es el aire que sostiene a los ángeles que nos acompañan.

Manuel García Verdecia (Escritor)
Noticia de Antonio Broccardo. (Fragmento)
Prólogo a Yo me llamaba Antonio Broccardo
(Ed. Almargen, 2004)

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La primera impresión que uno se lleva con este libro es que está en presencia, al margen de la buena poesía, de un poemario de múltiples lecturas. Pero con ello no me refiero a la tan traída y llevada polisemia. Con esto de poemario de múltiples lecturas quiero expresar que quien se adentra en el mundo poético de Luis Yuseff, debe hacerlo equipado con un mínimo de bagaje histórico-cultural. Porque este mundo está habitado por los personajes más diversos, producto de lo que parecen ser incesantes lecturas del poeta. Culto, pero nunca culterano, el autor posee la extraña habilidad de introducir personajes reales y de ficción, encargados de justificar y al mismo tiempo clarificar el poema, en un amplio abanico de intertextualidad para disfrute del lector atento (...)
De lo que no cabe duda, es de la voluntad y eficacia del autor para alcanzar un estilo, una manera de decir y una comunicación inmediata con el lector y arrastrarlo al objetivo final de todo poeta: la complicidad con el lector.

Claro Misael Salcines (Escritor)
Yo me llamaba Antonio Broccardo (Ediciones Almargen, 2004)



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